FRASES QUE ME GUSTAN

El amor es lo único más fuerte que la tentación







miércoles, 30 de enero de 2013

LA FORMA EN QUE NOS CONOCIMOS

Carola iba ensimismada pensando en sus cosas y sintiendo el fuego del sol de julio sobre sus hombros desnudos. El asfalto, caliente como un horno, acariciaba con su lengua hirviendo las finas suelas de sus sandalias.
Tuvo que detenerse porque el semáforo cambió a rojo. Su mirada ausente se posó en un chico que estaba sentado en uno de los bancos del paseo ajardinado que atravesaría en unos segundos. Moreno, guapo, escondía sus ojos detrás de unas Rayban. Carola tuvo una de aquellas intuiciones que a veces la sacaban de quicio: supo que cuando pasara delante de él, se levantaría, la seguiría y la abordaría con cualquier pregunta estúpida. Sacudió imperceptiblemente los hombros, rechazando la idea. Hacía un mes que había roto con Anselmo, ni loca quería volver a iniciar una relación. Ni siquiera por sexo. 
El semáforo la invitó a cruzar la calle y ella, a la contra de lo que quería, caminó bamboleando las caderas, pisando firme con sus pequeños tacones, dejando que la brisa que se había levantado hiciera ondear su larga melena castaña y ondulada, despreciando lo que dejaba a su paso y cruzando el nuevo semáforo que había en su camino.
La voz la detuvo. Se giró y observó una mandíbula muy atractiva y una fragancia a Old Space que emanaba de la piel morena y tersa del joven.
- Perdona, ¿sabes si hay alguna pensión por aquí cerca?
El acento meloso de los argentinos la hizo pensar en canciones románticas.
- Pues no, no sé de ninguna.
Se quedaron mirando, ambos detrás de los cristales oscuros de sus gafas de sol.
El silencio los envolvía, acariciándolos a los dos.
- Tengo algo de tiempo -dijo la chica- ¿tomamos un café?
- De acuerdo, yo invito.




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