Abril ha sido un mes de presentaciones poéticas.
Claro, con nuestro Sant Jordi, Día del Libro y de la Rosa, que celebramos el 23 de abril, se activan todas las presentaciones y firmas de nuevos libros.
Un nuevo libro siempre es una noticia esperanzadora.
Sí que es cierto que empiezan a haber escritores, algo agobiados por tanta obra nueva. Cuestionan la calidad de lo escrito, la proliferación, o tal vez, el temor de ser desbancados -sea cual sea la posición que han podido obtener en el ranking de autores-.
Claro que hay obras que no tienen apenas calidad literaria. Ahora igual me meto en camisa de once varas, pero las famosísimas y re-que-te-vendidas 50 sombras de Grey, que no he leído -que conste-, parece que ha enganchado a miles de mujeres insatisfechas pero que no está demasiado bien escrita, o eso dicen muchos.
Conozco otras obras con una calidad menos que suficiente y que igualmente, tienen una gran acogida y los comentarios de los lectores -si no es que son inventados por el social media manager de turno- son muy buenos.
Si miramos hacia atrás, también hay autores reconocidos que no escriben tan bien como parece. Creo además, que desde la perspectiva comunicacional, aunque literariamente sea excelente, puede no conectar con muchas personas. Y al revés, conectar muy bien y estar escrito regular.
Considero que genios de la literatura han habido, pero no sé si habrán.
Pero escribir, como acto creativo, expresivo y comunicacional, sí.
Tanta proliferación de obras creo que está sujeta a la democratización de la publicación gracias a los medios modernos en tecnoclogía -Internet y la autopublicación-, que desde luego, pueden resultar mermados en calidad en papel, pero que de otro modo jamás verían la luz.
Los editores -grandes o pequeños- están en contra, claro, de la autoedición.
Los entiendo.
Pero durante años y años, se han ganado la vida a costa de los autores, con unos beneficios demasiado altos para los que no han creado nada -excepto, un modus vivendi-.
También es cierto que actualmente, hay muchas editoriales pequeñas que quieren trabajar desde otra perspectiva mucho más justa con los autores.
El e-book asimismo ha venido a cambiar las cosas con los libros, los lectores y el comercio.
Muchas novedades tecnológicas que ayudan - o no- a que el hábito de leer aumente y se extienda.
Y que se lea cada día más, es sin lugar a dudas, una excelente noticia -venga de donde venga el libro- porque cada persona tiene que desarrollar su propio criterio respecto a lo que busca en sus lecturas y seleccionar. Y esto pone a cada uno en su lugar: que hay mercado para tod@s y que basta ya de privilegios y pedanterías varias, por ser escritor o editor.
Cada uno tenemos un trozo del pastel, escribimos para esas personas que sintonizan con nosotros, y así ha de ser. Que yo me he esforzado en que me guste Javier Marías y su Mañana en la batalla piensa en mí, y no ha habido manera.
Que yo no voy a gustar a muchos, pues claro.
Pero yo no escribo para ellos, escribo para los que me entienden y comparten mi visión del mundo.
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