Uhhhhhhh, uhhhhhhhhhh, gritaban las lechuzas a la luna blanca.
El fresco de la noche les tenía los pelos de punta.
El deseo, apenas contenido, luchaba por abrirse paso entre las reglas y las normas.
Auuuuuu, auuuuuu, aullaban los lobos en la lejanía, queriendo reunir a la manada.
- Esto, oye, no va a salir bien- articuló con dificultad por el castañeteo de los dientes.
- Ya, eso me temo - dijo resoplando.
De mutuo acuerdo, cerraron el Whatsapp, cerraron sus respectivas ventanas, y se metieron bajo las sábanas. Allí, más calentitos, siguieron la sesión en su mente, donde todo transcurrió felizmente a pesar de que él era el profesor, y ella la alumna más joven (que él había conquistado).